A pesar de nuestras creencias, la mayoría de las mascotas que están en transición se sienten en paz con el proceso. La doctora Bittel, explica “Para ellos, salir del mundo es tan natural como entrar a él. Es decir el animal está muriendo y todo está bien. Sin embargo, su dueño, no lo está en absoluto. A veces no comprende que el animal esté bien si se está muriendo”.
Está muriendo de la mejor manera y está haciendo un trabajo magnifico. Nuestra mascota está realizando un gran trabajo en su proceso de muerte. Aun así, el dueño muchas veces experimenta sentimientos de frustración e insuficiencia (podría haber hecho más) y como resultado, la culpa.
Está muriendo de la mejor manera y está haciendo un trabajo magnifico. Nuestra mascota está realizando un gran trabajo en su proceso de muerte. Aun así, el dueño muchas veces experimenta sentimientos de frustración e insuficiencia (podría haber hecho más) y como resultado, la culpa.
No siempre hay que hacer algo (según nuestra estructura mental, salvarle la vida, operarlo, llevarlo a más sitios), sino que hay veces en la vida, que no hacer nada es mucho más que hacer algo. Y no hacer nada, es sentarnos en silencio a su lado mientras se produce el proceso de la muerte, y eso es mucho, es lo máximo que uno puede hacer, cuando ya no se puede hacer nada.
Los animales tienen una capacidad de regulación innata de su propia energía. Por lo general, están en contacto con la Tierra siempre que pueden y se les permite. En definitiva, están en equilibrio. Por eso es tan importante sentarse a su lado mientras todo sucede. Permitir el proceso sin apegos ni llantos. Sino con la serenidad que nuestro querido miembro de la familia se merece.
